miércoles, 29 de abril de 2009

Palazuelos de Marbella y su alcalde


La “vox populi” comienza a denominar así, como aparece arriba, a este pueblo del piedemonte serrano cercano a Segovia, quitándole de raíz su nexo con la corriente fluvial que lo caracterizó desde sus orígenes –el río Eresma- para ponerlo en la cercanía de otra población de esa “España urbanística” (ya saben, la del “ladrillo corrompido, a quinientos euros la unidad puesta en obra, y de eso, el diez por ciento a repartir entre las partes implicadas en la operación”) archiconocida por todo cristo y no precisamente por ser la cuna de los cinco últimos premios Nóbel de Medicina. Y por algo será –hay que aprovechar para citar, de nuevo y por lo que hace al caso, aquello de que “cuando el río suena, agua lleva”, que será buena, mala o regular, aunque eso sea ya otro cantar relacionado con los vertidos de las depuradoras que afluyen a ese cauce, dicho sea de pasada-.
Nuestro alcalde, de adscripción “roja” –siempre ha estado en esa “casa consistorial” con las siglas de I.U-segoviana-, en estos días se le está viendo saltar a los medios de comunicación locales como un tigre de Bengala, dice que para defenderse de los ataques inmisericordes que están lanzando contra su persona –como primer edil del ayuntamiento “marbellí” de esta Sierra, se entiende- sus paisanos los “ecologistas” –él suele denominar así, de esa manera un tanto despectiva y poco descriptiva, a todos aquellos que critican su casi frenética “actividad urbanística en pos del progreso del municipio”-, amenazando, al final de todos sus discursos mediáticos, con la “toma de medidas” contra cualesquiera grupos, personas a título individual, militares sin graduación, niños de hasta doce años y personas jubiladas que osen hablar en público –para mal, se entiende- de los planes urbanísticos, modificaciones puntuales y demás actos de esa naturaleza de los que se están generando o gestando –o pudiesen generarse o gestarse- en relación con el municipio de Palazuelos de Marbella, del que este sujeto, como ya sabemos, es su alcaldepresidentedelacorporaciónmunicipal, seguramente en la categoría de “excelentísimo” –o “cojonudísimo”, que es sinónimo de muchas otras acepciones-.
Al igual que los curas, que nos llevan amenazando los últimos dos mil años con las penalidades y sufrimientos de nuestra alma en los infiernos –eso para cuando nos muramos y si no hemos seguido con rectitud y obediencia sus sagradas enseñanzas y doctrinas-, éste, que está adscrito a otra “clerecía” –laica, eso sí- en la que no pocos de sus “congregados” viven, han vivido y quieren seguir haciéndolo también a partir de la “impartición y venta doctrinal” de un proyecto político que si en otro tiempo tuvo multitud de seguidores, hoy sus “líderes” se ven incapacitados para mantenerlo a flote en este mar de mierda ideológica en que navegamos a diario, nos lanza sus terribles admoniciones –se ha leído por encima el Código Penal, la Ley de Bases de Régimen Local, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (todo ello en versión abreviada) y el preámbulo de las primeras Normas Subsidiarias con que se topó, y ése es todo su bagaje “intelectual”- con intención de que sus “detractores ecologistas” rectifiquen su rumbo crítico para con él; para que la sociedad, ya de paso, sepa de su probada honradez y nadie pueda poner en duda su “profesionalidad” a la hora de proponer, admitir, tramitar, ejecutar, etc., cualquier “proceso urbanístico” de los muchos que se han “solventado” o de los que están en “fase de trámite y aprobación” en esas oficinas municipales en las que parece -¿o no?- ejercer como sumo sacerdote de la legalidad urbanística.
¡Ay, amigos!, cuidado con hablar del Asenjo cuando se comente algún asunto relacionado con la corrupción urbanística en Segovia y sus alrededores, con el crecimiento de las urbes para mayor loa y beneficio espiritual de ciertos promotores inmobiliarios: nos espera el infierno de los tribunales de justicia –la querella criminal a mansalva para todo dios- y la persecución inmisericorde de cuantos pongan en tela de juicio cualquier “plan parcial” –y no digamos ya uno “total”, como el que se cuece en el vecino municipio de La Granja (a secas, sin San Ildefonso)- de los muchos que están “promovidos en el término”, hasta abocarlos a dar con sus huesos en la cárcel. Porque los pecados contra los “mandamientos urbanísticos”, cometidos por malhablados, críticos con el sistema, transversales, nihilistas, anarquistas, marxistas-leninistas, ecologistas, homosexuales y demás fauna –y flora- social reacia a tragarse las burdas explicaciones que dan este tipo de sujetos cuando intentan explicar –y justificar, por ende- sus “actos en materia urbanística”, han de ser descubiertos, y con ellos los pecadores, que a su vez habrán de ser reprobados y condenados a las máximas penas, sin posibilidad alguna de redención. Para escarnio y escarmiento del resto de la grey, que sólo está hecha, como bien sabemos, para discurrir sobre otros temas “sociales” a saber y por lo que hace a la tierra: Segovia-2016; Segópolis; Segovia-21; y demás “ideas-fuerza-segovianas” de las que se ponen en marcha a diario para… lo que vamos intuyendo que sucede tras cada “puesta en práctica” de las mismas.
Lo dicho, ciudadano Domingo: “torres urbanísticas” mucho más altas que las que se están “edificando” en Palazuelos (de Marbella, hay que insistir en este matiz) han caído por culpa de su deficiente “cimentación”. Así que ponte a estudiar bien el suelo sobre el que vas a asentar el “desarrollo urbanístico” local, no vaya a ser que los “ecologistas”, cualquier día, encuentren una “falla” bajo lo construido y puedan demostrar que ese inmueble, para el caso de que se hunda en algún momento de su existencia, adolecía de “fallos estructurales desde su origen”. Y no hay que olvidar que tales pifias, a veces, se las hacen pagar al más pringao de ese tipo de negocios, que suele ser el que da las ”licencias”, y que es por ahí por donde suele empezar –cuando se desata tal “proceso”- la búsqueda de “responsables”. Salud, compañero, y que la Justicia te ampare.

sábado, 11 de abril de 2009


“Reivindicamos nuestro derecho a decidir la forma de Estado”
LA MONARQUÍA ES COSA DE LA EDAD MEDIA

Un año más, la gente de izquierdas nos vemos en la obligación de salir a la calle con el fin de reivindicar uno de los derechos más básicos que definen a un estado democrático: elegir la forma de Estado y la persona que lo representa.
En esta reivindicación, confluimos personas y organizaciones con diferentes sensibilidades dentro de la izquierda, y es evidente que desde estas diversas sensibilidades, se dan diferentes soluciones a esta problemática, pero todos tenemos un punto de acuerdo: nuestro cuestionamiento a la figura de la monarquía, y el convencimiento de que la república supondría un avance social y político de extraordinaria dimensión. En pleno siglo XXI, no tiene sentido que en un Estado que se llama democrático se impida a sus ciudadanos elegir a su jefe del Estado.
Este debate ha sido evitado durante años. Incluso, desde sectores de la izquierda existía cierto temor a proclamar su republicanismo. En los últimos tiempos, sin embargo, están empezando a aflorar movimientos republicanos y organizaciones que se cuestionan la monarquía.
Además, especialmente este año, marcado por una la crisis económica que ha generado el propio sistema capitalista, queremos enmarcar esta reivindicación en la defensa de un modelo de sociedad más justo, una sociedad realmente democrática, donde los medios de comunicación estén al alcance de todos y no sólo al servicio de los que detentan el poder; una sociedad, donde lo público prime sobre lo privado; una sociedad donde se priorice el bien común al enriquecimiento de unos pocos; una sociedad donde los valores de justicia y solidaridad sean realmente desarrollados por los poderes públicos.
En este contexto, queremos acordarnos de forma especial de todas las personas que han sufrido o están sufriendo cualquier tipo de violencia, y que no ocupan portadas de prensa. Nos referimos, a las personas que por su ideología o por su diferencia racial han sido asesinados a manos de la violencia fascista. Los trabajadores que fallecen o quedan incapacitados a consecuencia de la falta de medidas de seguridad en el trabajo. Evidentemente, no podemos olvidar a las mujeres que han muerto a consecuencia de la violencia machista, y las que soportan diariamente malos tratos por esta causa.
Todas estas reivindicaciones y valores que propugnamos serían, sin ninguna duda, más efectivos en un Estado con una democracia real, en un modelo político donde se aceptara que los ciudadanos tenemos derecho a elegir nuestra forma de estado y la persona que lo representa.
VIVA LA REPÚBLICA.

martes, 7 de abril de 2009

¡¡No vaya Vd. a comparar!! (Un cuento de Semana Santa)


Lo recuerdo bien, porque de ello no hace tanto tiempo, y además me apetece rememorarlo en estos momentos de jolgorio místico-festivo:
Estábamos en pleno fregado contra los “privatizadores de las aguas públicas del río Cambrones” (BEZOYA, la Junta, los ayuntamientos –unos por acción y el último por omisión- de Trescasas, Palazuelos de Marbella y La Granja, etc.), y como venía siendo habitual en aquella batalla, de vez en cuando convocábamos a las gentes de a pie a la correspondiente manifestación callejera con objeto de que las “autoridades competentes” supiesen algo más de ese malestar ciudadano que se había generado desde el momento en que a “alguien” se le ocurrió que uno de los mejores negocios que podían hacerse en el piedemonte serrano cercano a Segovia -lleno de “segovianos de pro” y obedientes con los que han sido sus amos desde, al menos, los tiempos de los Católicos Reyes; es decir, con mucha población proclive al servilismo más insensato y, por ende, mayoritariamente “conservadorayfielalastradicionesdelaraza” (todo junto, para ahorrar papel)- era el de canalizar, hasta la embotelladora que erigieron en Trescasas (con nuestro dinero, pues la cosa si no perdería su “gracia”), buena parte de las aguas de los nacederos del cauce serrano mencionado, situados en ese paraje extraordinario que sigue siendo Siete Arroyos, a unos 1.800 m. de altitud topográfica y cercano al puerto de Malangosto.

Pues bien, la enésima “marcha de protesta” se decidió que transcurriese por la ciudad del Acueducto; desde un punto de partida ya clásico para iniciar este tipo de alharacas –que no algaradas, no vayan a equivocarse- hasta llegar a la Plaza Mayor, frente al Ayuntamiento –porque a “ellos” también quisimos decirles, desde el inicio de esta “movida ciudadana contra la privatización de las aguas públicas”, algo, un mensaje que nunca quisieron escuchar-, pensando en un recorrido que nos ayudase a ser lo más “visibles” posible (Fdez. Ladreda, San Juan, San Agustín, etc.) y, a la vez, reivindicando nuestro derecho a la protesta en la calle como “herramienta popular para el cambio de rumbo político”.

Pero hete aquí que, después de solventar la burocracia a que exige someterse el deseo de manifestar en público lo que sea, el jerifaltillo municipal de turno escribió, en el “informe que le requería la superioridad para autorizar o no la marcha ciudadana por el sitio previsto”, ¡¡Que no. Que por ahí no se podía pasar. De ninguna de las maneras!! Y daba a continuación sus “razones primarias” –o digamos que primeras-: “De pasar por esas calles una organizada manifestación cívica, podría verse afectado el transporte público, los servicios de emergencia y demás formas de tráfico rodado conocidas, amén de otras cosas. O sea, que a juicio de quien suscribe, hay que proceder a la anulación del recorrido propuesto y mandar a esa gente… por donde nosotros queremos que vayan.”
Naturalmente, no hubo casi tiempo para poder reclamar sobre tal “decisión administrativa”, pero aun así alguien se acercó a la oficina correspondiente para tratar de impugnarla, hablando con uno de los funcionarios encargados de “mantener en pie esa orden”:

-Solicitante: Yo creo que por esas calles, en muchas ocasiones, han pasado “manifestaciones”, del tipo que sea, y nadie las ha prohibido.
-Funcionario: A mí no me suena que las calles que Vds. han solicitado para manifestarse se hayan usado nunca para ese tipo de cosas.
-Solicitante: Tengo que decirle que está Vd. en un error y reitero el argumento inicial: por esas vías urbanas, y en ciertas épocas del año, discurren verdaderas riadas humanas “manifestándose”. Y le pongo dos ejemplos: en Navidad y en Semana Santa, los Reyes Magos y todo su cortejo y las procesiones religiosas.
-Funcionario: Ya, pero ¡¡NO VAYA VD. A COMPARAR!!
-Solicitante: Es decir, que en esos casos queda en suspenso el argumentarlo usado para prohibir nuestra iniciativa. Y hasta es probable que, para conjurar cualquier “situación catastrófica en esa parte de la ciudad”, las “autoridades competentes” lleguen a decretar la prohibición de que acontezca cualquier tipo de siniestro o eventualidad luctuosa.
-Funcionario: Bueno, mire, esto está así y no se va a modificar el criterio seguido para su caso. Y si quiere, vaya Vd. a hablar con el Alcalde. Buenos días.
-Solicitante: Pues nada. Es un placer acudir a la Administración y comprobar el respeto con que nos tratan a los ciudadanos, sobre todo cuando se sabe que algunos no somos de la cuerda de los que mandan. Agur, mogur.

El asunto quedó zanjado de esta mala manera. Y después vinieron, por la misma causa, expedientes sancionadores municipales y la aparición de otras maneras, igualmente “sutiles”, abocadas a mantener a raya nuestras “posiciones y aspiraciones sociales”. “Socialistas antes que marxistas”, que dijo otrora su pontífice máximo Felipe. Que en román paladino viene a ser aquello de que hay que acabar con cualquier atisbo de “sociedad crítica” y favorecer, al máximo –a ser posible sin que se note demasiado-, el que el personal se involucre, sobre todo, en procesiones de Semana Santa, en asociaciones gastronómicas, se haga socio de un club de fútbol y siga, a muerte, al equipo; colabore con las “instituciones” y dibuje una equis en la declaración de la renta en la casilla de la Santa; o que acabe poniéndose, tres veces por mes, un lazo de color distinto y en diversas partes de su cuerpo (incluidos los genitales) a favor o en contra de lo que nuestros “manipuladores de-mentes” manden. Y así nos va luciendo el peluquín: a este paso, y con la que nos está cayendo encima, estos elementos van a acabar por hacernos creer que sufrir con la CRISIS es el undécimo mandamiento, y que sigue siendo un deber ineludible morir –si el caso llegara- por dios y por la patria (dios, el del dinero, claro; y la patria, la de todos los tipos de patrimonio material, obviamente). Así que me atengo a lo que cantaba la milonga: suena lo mismo patria, patraña y patrón. Y no pido perdón.

Parecéis tigres, cabrones, pero sólo sois marionetas de papel.