Otro
año más nos acercamos al 14 de Abril, una fecha que suele ser instrumentalizada
por los partidos y organizaciones que reclaman la 3ª República Española, y que
miran con demasiada nostalgia a la 2ª, hasta el punto de haber perdido la
voluntad de cambio que en aquellos días se respiró, y quedando simplemente como
organizaciones que se regocijan de la cultura y el folclore derivado de la
Segunda República. Pero no suelen mirar más allá, sólo ven en ella una mina que
explotar, de donde poder sacar votos. Pero no prestan atención a la unidad
popular, a cómo el pueblo defendió su tierra contra el fascismo, a como en el
seno de la clase obrera se unieron anarquistas, comunistas y socialistas para
luchar contra el enemigo común. Tampoco prestan atención a la revolución de
Octubre de 1934, donde los diversos sectores de la izquierda antes mencionados,
unieron sus fuerzas para asestar un golpe definitivo al capitalismo y hacer la
revolución que cambiara el sistema, así por ejemplo se dieron iniciativas de socialización
de la riqueza e incluso ejemplos cercanos al comunismo libertario como el de El
Llano en Gijón.
Se
les llena la boca con el “Derecho a Decidir” pero nos quieren dar las preguntas
atadas y bien atadas, ¿quién ha dicho que por ser antimonárquicos queramos
necesariamente una república? Descartando otros modelos comunales y
auto-organizativos. Y de ser una república, porque iba a ser bajo el modelo que
nos presentan los partidos y organizaciones que machaconamente vienen a hacer
propaganda electoral con la 3ª república, y a considerarse estandartes del
republicanismo y legítimos herederos de la 2ª. ¿Por qué si quisiéramos una
república, tendría que ser la república española? ¿Es que acaso el derecho a
decidir no es aplicable a la libertad de los pueblos para definirse?
Nosotros
no salimos hoy a la calle a reivindicar la 2ª República, ni tampoco a pedir la
3ª República española, salimos a pedir la abolición de la monarquía, pero para
que esto ocurra necesitamos de una unidad y un poder popular como el que tuvo
lugar en aquellos años 30, un pueblo organizado que tome las riendas de su
futuro, no para reclamar su derecho a decidir, sino un pueblo consciente de que
ese derecho emana de nuestra unidad, si estamos unidos y organizados,
decidiremos.
¡Viva
la lucha de la Clase Obrera!
¡Viva
la Resistencia Antifascista!