sábado, 28 de marzo de 2009

A PESAR DE QUE YA HACE MÁS DE 33 AÑOS QUE MURIÓ EL DICTADOR, SEGUIMOS SIN TENER LIBERTADES. Y EN SEGOVIA MENOS TODAVÍA.



El último suceso que constata la afirmación anterior, es el de la publicidad de la Plataforma por la Escuela Pública y Laica en los autobuses urbanos de Segovia. La empresa de transporte que gestiona la concesión municipal del transporte urbano, se negó a instalar en los autobuses un cartel con el lema “Religión fuera de la escuela”, por considerarlo irrespetuoso. Lo grave del tema, no es que los dueños de la empresa sean unos “fachas”, este es un mal común a buena parte del empresariado. Lo grave es que el alcalde “socialista” de Segovia, respalde la decisión de la empresa en lugar de salir en defensa de la libertad de expresión. Además, el transporte público urbano es un servicio público, como su propio nombre indica, a pesar de que la gestión se halla, tristemente cedido, a una empresa privada. Por lo tanto es aún más claro, que es responsabilidad municipal lo que en él ocurra. Aunque viendo la actitud del alcalde, no deberíamos sorprendernos, si un día se prohíbe subir al autobús a los negros, a los polacos, o a los del barrio de Nueva Segovia.

Pero el problema es más grave. Lo relatado anteriormente sólo es un detalle, quizás la punta del iceberg. El problema de verdad, es que desde el Ayuntamiento de Segovia y más concretamente desde el equipo de gobierno del PSOE, se esta haciendo todo lo posible, por reprimir cualquier movimiento social o político de izquierdas que sea crítico con su gestión.
A SEGOVIA DE IZQUIERDAS, de forma directa o a través de los movimientos sociales en los que participamos se nos ha hecho de todo: Se nos ha impedido, en tiempos, usar salas de actos de los centros culturales municipales; Se nos ha prohibido realizar concentraciones o actos públicos en calles y plazas de la ciudad, con excusas variadas; Se nos ha prohibido realizar manifestaciones, o se nos ha obligado a cambiar el recorrido; Nuestros afiliados han sufrido sanciones (multas), por pegar carteles legales en sitios normales; Cuando solicitamos algún permiso municipal, lo más común es que nos contesten tarde o no nos contesten. En definitiva, podríamos hacer una larguísima enumeración de ocasiones en las que el Ayuntamiento ha aplicado “la ley del embudo” con nosotros, pero por desgracia no nos cabría en este papel.
Como decíamos anteriormente el problema es grave, porque pone de manifiesto que unos políticos que han salido elegidos en unas elecciones, en realidad no creen en la democracia, y se sirven del aparato del Estado, incluida la policía municipal, para tratar de desgastar la acción política de sus oponentes.

Un instrumento más para ejercer la represión es la llamada “Ordenanza de Convivencia Ciudadana”, curiosamente aprobada la pasada legislatura con el apoyo de Izquierda Unida. Esta ordenanza, sin entrar en mayores profundidades, es un bodrio inaplicable, que mezcla conceptos tan dispares como la libertad de expresión, con el botellón o con los excrementos caninos. La única función que tiene, es dar un respaldo “legal” para sancionar “al que no me cae bien”, o por decirlo de otra manera, al que critica mi política.

Uno de los aspectos más claramente represivos, es el de los carteles anunciadores. Dice la desafortunada ordenanza, que sólo se podrán poner carteles en los lugares autorizados y previstos a tal efecto. Pero resulta que no existe ningún lugar autorizado, ni existe ninguna previsión a tal efecto, salvo en las campañas electorales que es cuando a ellos les interesa. También dice la desafortunada ordenanza, y citamos textualmente: “El Ayuntamiento dispondrá de espacios reservados para su utilización como soportes publicitarios por las entidades políticas y sociales”. Pero esto, a pesar de que lo hayan puesto en el papel, es de todos sabido que es falso, es decir que no existen esos espacios. No hay más que darse una vuelta por la ciudad, para ver carteles del propio Ayuntamiento, o de actividades que él patrocina, pegados en cualquier lado, en propiedades privadas, en mobiliario urbano, etc. Si esta desafortunada ordenanza se aplicara al pie de la letra, el 99% de los segovianos seríamos sancionados, incluido el propio Alcalde.

Qué actitud tan tremendamente hipócrita la del PSOE, que tanto se llena la boca con “la participación ciudadana, los foros y la madre que lo parió”, cuando en realidad, están haciendo lo posible para obstaculizar la participación de todos aquellos ciudadanos, que no nos prestamos al aplauso y a besarles el anillo.
Otra tremenda hipocresía del equipo de gobierno del Ayuntamiento, es lo de Segovia 2016, eso de la Capitalidad Europea de la Cultura. Hay que ser paleto para pensar que Segovia merece ese título, cuando ni siquiera se respetan los derechos políticos, es decir el derecho a la libertad de expresión, manifestación etc; Cuando en Segovia, a penas tenemos asociaciones culturales, por que no se fomentan; Cuando los centros culturales tienen un horario absolutamente insuficiente, y alguno ni siquiera abre los fines de semana; Cuando tenemos una única biblioteca pública para 50.000 habitantes, y además no es del Ayuntamiento.
La base de toda cultura es el respeto a los demás, y este ayuntamiento no nos respeta a los ciudadanos.

SIN LIBERTAD NO HAY CULTURA, NI PARTICIPACIÓN CIUDADANA, NI NADA QUE SE LE PAREZCA.

POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN.

POR LA DEROGACIÓN DE LA ORDENANZA DE CONVIVENCIA CIUDADANA.

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