martes, 7 de abril de 2009

¡¡No vaya Vd. a comparar!! (Un cuento de Semana Santa)


Lo recuerdo bien, porque de ello no hace tanto tiempo, y además me apetece rememorarlo en estos momentos de jolgorio místico-festivo:
Estábamos en pleno fregado contra los “privatizadores de las aguas públicas del río Cambrones” (BEZOYA, la Junta, los ayuntamientos –unos por acción y el último por omisión- de Trescasas, Palazuelos de Marbella y La Granja, etc.), y como venía siendo habitual en aquella batalla, de vez en cuando convocábamos a las gentes de a pie a la correspondiente manifestación callejera con objeto de que las “autoridades competentes” supiesen algo más de ese malestar ciudadano que se había generado desde el momento en que a “alguien” se le ocurrió que uno de los mejores negocios que podían hacerse en el piedemonte serrano cercano a Segovia -lleno de “segovianos de pro” y obedientes con los que han sido sus amos desde, al menos, los tiempos de los Católicos Reyes; es decir, con mucha población proclive al servilismo más insensato y, por ende, mayoritariamente “conservadorayfielalastradicionesdelaraza” (todo junto, para ahorrar papel)- era el de canalizar, hasta la embotelladora que erigieron en Trescasas (con nuestro dinero, pues la cosa si no perdería su “gracia”), buena parte de las aguas de los nacederos del cauce serrano mencionado, situados en ese paraje extraordinario que sigue siendo Siete Arroyos, a unos 1.800 m. de altitud topográfica y cercano al puerto de Malangosto.

Pues bien, la enésima “marcha de protesta” se decidió que transcurriese por la ciudad del Acueducto; desde un punto de partida ya clásico para iniciar este tipo de alharacas –que no algaradas, no vayan a equivocarse- hasta llegar a la Plaza Mayor, frente al Ayuntamiento –porque a “ellos” también quisimos decirles, desde el inicio de esta “movida ciudadana contra la privatización de las aguas públicas”, algo, un mensaje que nunca quisieron escuchar-, pensando en un recorrido que nos ayudase a ser lo más “visibles” posible (Fdez. Ladreda, San Juan, San Agustín, etc.) y, a la vez, reivindicando nuestro derecho a la protesta en la calle como “herramienta popular para el cambio de rumbo político”.

Pero hete aquí que, después de solventar la burocracia a que exige someterse el deseo de manifestar en público lo que sea, el jerifaltillo municipal de turno escribió, en el “informe que le requería la superioridad para autorizar o no la marcha ciudadana por el sitio previsto”, ¡¡Que no. Que por ahí no se podía pasar. De ninguna de las maneras!! Y daba a continuación sus “razones primarias” –o digamos que primeras-: “De pasar por esas calles una organizada manifestación cívica, podría verse afectado el transporte público, los servicios de emergencia y demás formas de tráfico rodado conocidas, amén de otras cosas. O sea, que a juicio de quien suscribe, hay que proceder a la anulación del recorrido propuesto y mandar a esa gente… por donde nosotros queremos que vayan.”
Naturalmente, no hubo casi tiempo para poder reclamar sobre tal “decisión administrativa”, pero aun así alguien se acercó a la oficina correspondiente para tratar de impugnarla, hablando con uno de los funcionarios encargados de “mantener en pie esa orden”:

-Solicitante: Yo creo que por esas calles, en muchas ocasiones, han pasado “manifestaciones”, del tipo que sea, y nadie las ha prohibido.
-Funcionario: A mí no me suena que las calles que Vds. han solicitado para manifestarse se hayan usado nunca para ese tipo de cosas.
-Solicitante: Tengo que decirle que está Vd. en un error y reitero el argumento inicial: por esas vías urbanas, y en ciertas épocas del año, discurren verdaderas riadas humanas “manifestándose”. Y le pongo dos ejemplos: en Navidad y en Semana Santa, los Reyes Magos y todo su cortejo y las procesiones religiosas.
-Funcionario: Ya, pero ¡¡NO VAYA VD. A COMPARAR!!
-Solicitante: Es decir, que en esos casos queda en suspenso el argumentarlo usado para prohibir nuestra iniciativa. Y hasta es probable que, para conjurar cualquier “situación catastrófica en esa parte de la ciudad”, las “autoridades competentes” lleguen a decretar la prohibición de que acontezca cualquier tipo de siniestro o eventualidad luctuosa.
-Funcionario: Bueno, mire, esto está así y no se va a modificar el criterio seguido para su caso. Y si quiere, vaya Vd. a hablar con el Alcalde. Buenos días.
-Solicitante: Pues nada. Es un placer acudir a la Administración y comprobar el respeto con que nos tratan a los ciudadanos, sobre todo cuando se sabe que algunos no somos de la cuerda de los que mandan. Agur, mogur.

El asunto quedó zanjado de esta mala manera. Y después vinieron, por la misma causa, expedientes sancionadores municipales y la aparición de otras maneras, igualmente “sutiles”, abocadas a mantener a raya nuestras “posiciones y aspiraciones sociales”. “Socialistas antes que marxistas”, que dijo otrora su pontífice máximo Felipe. Que en román paladino viene a ser aquello de que hay que acabar con cualquier atisbo de “sociedad crítica” y favorecer, al máximo –a ser posible sin que se note demasiado-, el que el personal se involucre, sobre todo, en procesiones de Semana Santa, en asociaciones gastronómicas, se haga socio de un club de fútbol y siga, a muerte, al equipo; colabore con las “instituciones” y dibuje una equis en la declaración de la renta en la casilla de la Santa; o que acabe poniéndose, tres veces por mes, un lazo de color distinto y en diversas partes de su cuerpo (incluidos los genitales) a favor o en contra de lo que nuestros “manipuladores de-mentes” manden. Y así nos va luciendo el peluquín: a este paso, y con la que nos está cayendo encima, estos elementos van a acabar por hacernos creer que sufrir con la CRISIS es el undécimo mandamiento, y que sigue siendo un deber ineludible morir –si el caso llegara- por dios y por la patria (dios, el del dinero, claro; y la patria, la de todos los tipos de patrimonio material, obviamente). Así que me atengo a lo que cantaba la milonga: suena lo mismo patria, patraña y patrón. Y no pido perdón.

Parecéis tigres, cabrones, pero sólo sois marionetas de papel.

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