“La cultura es la verdad que el pueblo debe saber,
para así, nunca perder su amor por la libertad”.
Carlos Puebla
La candidatura de Segovia para obtener la Capitalidad Cultural del año 2016 supone en sí misma una propuesta tan reconocible como discutible, según los parámetros que se empleen para su análisis y reflexión.
Reconocible, por el derecho que le asiste en cuanto a la celebración de cualquier evento que pueda dar a la ciudad un reconocimiento de sus potencialidades y un impulso al conjunto de la ciudad y sus valores, tanto humanos como artísticos y culturales.
Discutible, por cuanto Segovia atesora carencias y contradicciones en esos mismos ámbitos humanos y materiales que marcan por sí solas serias limitaciones a la hora de afrontar un evento de estas características.
Desde esta consideración general, SEGOVIA DE IZQUIERDAS critica y cuestiona esta candidatura por diversas razones, y es por ello que pretendemos trasladar a la ciudadanía, y a asociaciones y colectivos nuestra reflexión.
En definitiva, el derecho que asiste a la ciudad para optar a ser sede de la Capitalidad Europea de la Cultura en el año 2016 choca frontalmente con la propia realidad social y cultural de Segovia, además de que la situación económica actual genera tensiones por las limitaciones que tiene el Ayuntamiento para afrontar los gastos derivados de la candidatura; gastos cuantiosos ( más de 1.500.000 euros desde el inicio en el año 2007), que se vienen produciendo de forma recurrente desde su presentación en sociedad, hasta el desarrollo más o menos continuo de actividades que adornan la candidatura, así como el necesario equipo humano que la gestiona. Todo lo cual, plantea una tensión objetiva y latente en todos los ámbitos de la sociedad segoviana a pesar de que, por la idiosincrasia de esta ciudad, no haya habido aún las reacciones naturales ante un planteamiento de esta naturaleza. Esta ausencia de debate y posible conflicto ilustra aún más tanto las carencias de Segovia para asumir un evento de esta índole como el inconsciente arrojo del Ayuntamiento y otras fuerzas vivas de la ciudad a la hora de adoptar una decisión que supone un enorme, y probablemente no calculado, esfuerzo.
SEGOVIA DE IZQUIERDAS en su documento político de base (Propuestas para Segovia desde la Izquierda año 2007), ya fija con nitidez los criterios primarios de lo que entiende por Cultura como concepto general, abiertamente enfrentado al criterio consumista y paleto establecido por las instituciones públicas en general y el Ayuntamiento de Segovia en particular. Para SEGOVIA DE IZQUIERDAS, la Cultura ,es una expresión individual o colectiva que nace desde el interior de las personas y colectivos como manifestación propia, autónoma y libre de cualquier cortapisa, prejuicio o pensamiento dirigista. Además ha de ser Universal y Popular, en rotunda contraposición a la tendencia elitista y sesgada dominante.
POR UNA CULTURA POPULAR Y NO DE ÉLITE. (Extraído del documento, Propuestas para Segovia desde la Izquierda, del año 2007)
“Hay que acercar la cultura a la gente, y no poner barreras elitistas ni económicas. SEGOVIA DE IZQUIERDAS propone recuperar la calle para realizar actividades culturales hechas por y para los segovianos, dando vida a los barrios, plazas y rincones de la ciudad, no únicamente para generar turismo. En este sentido, es significativo que los principales eventos culturales que se celebran en nuestra ciudad están publicitados y enfocados más hacia fuera que hacia los segovianos (ej. Titirimundi, Festivales Internacionales y Hay Festival, entre otros). Queremos que Segovia sea una “capital cultural” no de cara al exterior sino sobre todo de cara a los propios ciudadanos de Segovia.
Además, para que haya cultura tiene que haber lugares y espacios, donde desarrollar esa cultura. Cómo se puede desarrollar una verdadera cultura, si los pocos centros culturales que existen en la ciudad no están abiertos los fines de semana y en días laborables cierran a las 9 de la noche. Por otro lado, debemos reivindicar la existencia de salas de cine en la ciudad, y no sólo en centros comerciales. Exigimos la construcción de un auditorio municipal y salas de conciertos para la celebración de eventos musicales en una ciudad cuya temperatura media anual limita la cultura en la calle a tres meses al año.
Cultura es abrir los centros culturales los fines de semana, y a diario hasta más tarde. Cultura es no poner cortapisas para que todas las asociaciones, colectivos, o personas puedan hacer uso de las instalaciones culturales de manera gratuita. Cultura es poner en uso instalaciones municipales infrautilizadas, sirva como ejemplo La Alhóndiga. Cultura, es apoyar con locales e infraestructura, al débil movimiento asociativo segoviano. Es apoyar a los escritores, a los artistas, a los artesanos, y a los músicos de Segovia.”
Candidatura de Segovia para la Capitalidad Europea de la Cultura en 2016, ¿Por qué?, ¿Para qué?, ¿A qué precio?.
Vaya por delante que nos preocupa la cultura y estamos a favor de todas sus manifestaciones, y que es precisamente este interés el que nos mueve a hacer estas reflexiones sobre la política cultural y al derecho que todos, sin excepción, tenemos a participar y disfrutar de ella.
La Capitalidad Cultural para Segovia nos parece más un montaje económico-turístico que un proyecto cultural encaminado a potenciar la cultura y la formación de los ciudadanos, dotándonos de las infraestructuras permanentes necesarias para ello (bibliotecas, auditorios, salas de conciertos…), e implicando o intentando implicar, desde el principio, a toda la ciudadanía en el empeño. Y nos lo parece porque los proyectos de base, más cercanos a la ciudadanía, lejos de potenciarse se están reduciendo (no se amplía la oferta de talleres y escuelas municipales, se limitan los presupuestos de las existentes y además se cobran prácticamente a precios de mercado; la biblioteca municipal sigue siendo una idea, como el auditorio, como los teatros…). Por el contrario, se gastan importantes sumas en ofrecer “eventos culturales” concebidos como mero espectáculos y diseñados para consumo de turistas y visitantes de otras provincias. En definitiva, para vender la imagen de Segovia fuera de la ciudad, lo que repercute positivamente en ciertos sectores económicos, pero está a años luz de lo que debería significar un proyecto cultural de futuro para la ciudad y sus habitantes. Y siguiendo esta línea, la pregunta es obligada: ¿se ha valorado si este montaje, con el coste que supone, es prioritario frente a la realización de infraestructuras y formación cultural que necesitamos y de la que por ahora carecemos?. Como en casi todo, los políticos nos tienen acostumbrados a dar por válidas sus decisiones, pero en este tema, precisamente, habría que haber hecho un ejercicio de participación que ni por asomo se ha planteado esta corporación.
Nosotros aspiramos a que Segovia sea un referente cultural hoy, mañana y, como no, en el 2016, que de cabida a objetivos culturales y sociales, de los que todos podamos participar, y no sólo priorizando los aspectos económicos, turísticos o de imagen que ahonden en la consolidación del concepto de ciudad-merendero que venimos padeciendo.
Así pues, SEGOVIA DE IZQUIERDAS se opone a la candidatura de Segovia, para Capital Europea de la Cultura para el año 2016 por:
Siendo un proyecto que afecta e involucra a toda la ciudad no ha sido consultado, ni consensuado, ni planteado previamente a la ciudadanía. Resulta un proyecto dirigista, políticamente alejado de la voluntad y expresión de la ciudadanía, fruto de la prepotencia del Ayuntamiento en su conjunto y del equipo de gobierno en particular. El apoyo social que pueda tener ahora mismo obedece a criterios de puro interés para ciertos sectores, los menos, de la ciudad, especialmente la hostelería, reproduciéndose, como no, la misma historia de siempre. Es una iniciativa que responde a criterios elitistas y sesgados política y socialmente porque se embarca a toda la ciudad en un evento que sólo han decidido e impulsado una minoría política y social, alejado de cualquier criterio de participación y decisión. Es, en este sentido, significativo, el estrepitoso fracaso de los foros de participación que creó este ayuntamiento y que fueron bandera electoral durante la campaña de las pasadas municipales. Los foros han fracasado por lo mismo que esta candidatura, porque el ayuntamiento no desea, ni soporta, la participación real de los ciudadanos, sino que desea una masa amorfa que aplauda sus decisiones.
Es reflejo de una inmodestia, teñida de paletismo, propia solamente de aquellos que no han salido del pueblo, y que piensan siempre que lo suyo es lo mejor del mundo. Seamos realistas y reconozcamos que aún estamos a años luz de otras ciudades e incluso pueblos de otras zonas del estado español, en lo relativo a actividades culturales y sobre todo en la participación en el movimiento asociativo de carácter cultural. Si por algo se distingue Segovia es, por la poca participación de los ciudadanos y por ser un desierto asociativo. De hecho, por más camisetas y pegatinas que haga el ayuntamiento, no es un proyecto que haya calado en una ciudadanía segoviana, alejada como siempre, de la participación y el compromiso.
No genera riqueza cultural o social en Segovia, sólo fachada y propaganda. Es decir prioriza claramente en la inversión cultural, la repercusión exterior y mediática, sobre la verdadera cultura de base. Sobre las indispensables infraestructuras culturales, sobre el fomento del asociacionismo cultural y social, y sobre la potenciación del fenómeno cultural autóctono. Por poner un ejemplo, siempre es más fácil traer a alguien a actuar a Segovia, que crear las condiciones para que surjan buenos artistas en Segovia.
Otro de los motivos que con más fuerza provoca nuestro rechazo al proyecto, es el hecho de que somos conscientes de que el Ayuntamiento de Segovia está poniendo trabas, cuando no impidiendo directamente, el desarrollo de actividades culturales o sociales que surgen de los propios segovianos, sobre todo de los jóvenes, fundamentalmente, porque el equipo de gobierno no las considera “políticamente correctas”. En esta línea, denunciamos como venimos haciendo desde hace años, que la llamada Ordenanza de Convivencia Ciudadana, está siendo utilizada por el equipo de gobierno municipal para reprimir cualquier tipo de manifestación cultural, política o social que no sea de su agrado.
Es una idea, más que cara onerosa, que Segovia no puede soportar salvo que la ciudadanía soporte, como hasta ahora, todas las necesidades humanas y materiales que comporta. Desde su presentación en sociedad, edulcorada con una ostentosa cena para “los de siempre” hasta la actualidad, esta candidatura (que de momento sólo es eso) está suponiendo un enorme dispendio de dinero que perfectamente se puede tildar de despilfarro. Este desmesurado gasto, que sale de los impuestos que pagamos todos los segovianos, podría llegar a considerarse “inversión”, si en el futuro pudiera revertir en beneficio económico-laboral para la ciudad y sus ciudadanos. Pero siendo absolutamente realistas y fijándonos en candidaturas anteriores como la de Salamanca, la ciudad no va a recuperar, ni aunque ganara, más que una mínima parte de lo invertido, que además como siempre iría a parar a los ya rebosantes bolsillos de unos cuantos empresarios de la hostelería segoviana “de nivel”. Como decíamos, Salamanca sigue siendo la misma ciudad que antes de haber sido Capital Europea de la cultura, con sus problemas, su paro y su modesto desarrollo económico, como cualquier otra ciudad castellana.
Además de lo anterior hay que destacar que en la comunidad autónoma de Castilla y León coinciden dos candidaturas; Segovia y Burgos, por lo que el apoyo institucional de la Junta de Castilla y León ha de resentirse forzosamente. Y recordar sobre que esta Comunidad ya ha tenido su Capital Europea de la Cultura, puesto que Salamanca lo fue en el año 2004, lo que desde una óptica de lógica y derecho resta casi cualquier posibilidad a ambas candidaturas y las convierte en una especie de brindis al sol, eso sí tan costoso y mediático como pomposo y despilfarrador.
Segovia requiere y necesita, otro concepto cultural vivo, propio y participativo. Segovia precisa con urgencia de una infraestructura social y cultural estable y permanente con la necesaria dotación de bibliotecas, auditorios, salas de conciertos, locales de ensayo, y en general espacios culturales y lúdicos donde la ciudadanía pueda desarrollar todas sus inquietudes y capacidades, pudiéndola considerar propia, como así debería de ser. La que existe actualmente es pobre, restringida e insuficiente, lo cual es intolerable porque se está hurtando a los hombres y mujeres de Segovia de derechos básicos en lo social y primarios en lo que se refiere al impulso de una conciencia de cultura universal, participativa y popular.
En definitiva, cuanto antes se desista de la candidatura, mejor para todos y para todas. Se ahorrarían esfuerzos y dinero necesarios para impulsar otro concepto de cultura más humano, cercano y real.
1 comentario:
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Espero que os guste, he publicado este mensaje con la mejor intención, espero que me dejen informar y que no borren el comentario. Gracias.
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